La noche puede ser un momento intimista, el tiempo para relajarse después de un largo día. Sin embargo, para muchos, la noche es un tiempo para ponerse en marcha y llevar a cabo actividades al aire libre. Correr por la noche ofrece un desafío a aquellos que buscan mejorar su resistencia y condición física.
En los últimos años, correr de noche se ha convertido en una tendencia entre los competidores de resistencia. Al salir a la calle con el anochecer, los corredores se encuentran con retos únicos que los diferencian de aquellos que prefieren hacer ejercicio durante el día.
A primera vista, correr por la noche no es tan fácil como parece. Se requiere un compromiso significativo de preparación y planificación antes de salir a la calle, especialmente si está a punto de correr en zonas con mucho trafico. Aparte de ese riesgo, hay otros beneficios notables que te motivarán a tener éxito. Por ejemplo: La sensación peaceful unidad que se obtiene cuando sale a correr después del anochecer. Observas el destello de las estrellas y de las farolas, tus pasos son amortiguados por el silencio y el viento acaricia tu rostro.
Debido a la motivación que viene con ella, muchas personas utilizan la carrera nocturna como forma de liberar el estrés o ganar algo de energía física para terminar bien sus días. De acuerdo con la ciencia, el entrenamiento de fuerza física nocturno reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Cada uno tiene sus propias razones para adentrarse en una carrera nocturna, pero todos pueden coincidir en que hay intangibles beneficios que vienen con este deporte único. Desde experiencias místicas hasta nuevas metas personalizadas, correr por los persistentes en la noche es una experiencia zen como ninguna otra.
Corriendo por los alrededores urbanos a esta hora que es nocturna, hay mucho que ver y experimentar. La mayoría de la gente piensa que donde hay crímenes y peligros, pero a veces las pequeñas cosas en la noche nos llevan a descubrir hermosos paisajes e historias sobre exceso, necesidad y tenacidad.
A través de mis carreras nocturnas entre los calles, he estado testigo de cosas asombrosas. Por ejemplo, he visto a músicos tocando con sus instrumentos en plena calle y animando a los transeúntes con sus melodías. También he visto a las vendedoras ambulantes animando a los transeúntes para que compren sus productos o «persistantes» pidiendo ayuda para comer o salir adelante.
Esto me ha recordado muchas veces lo hermosa que es la humanidad que nos rodea en nuestras ciudades, pero también me ha hecho reflexionar sobre la difícil situación en la que muchas personas se encuentran. No es fácil pedir algo cuando uno está desesperado, y yo quiero invitarlos a todos a colaborar con estas personas tan persistentes porque ellos necesitan nuestra ayuda.
En lugar de sentirnos impotentes cuando pasamos por estos escenarios, debemos hacer un esfuerzo para devolverles la dignidad y el valor que se han ganado con su persistencia en la noche, para así ayudarlos a tener una vida mejor y más satisfactoria.